"El Sentimiento no más profundo..."

"Al momento de expresar algún sentimiento, nuestra alma se encoje, al momento de expresarnos escribiendo, somos aves libres..."


Cada una de mis obras, se encuentran protegidas legalmente bajo su inscripción en el registro de Propiedad Intelectual de la DIBAM, consignados bajo la ley N° 17.336 del Estado de Chile.


domingo, 31 de julio de 2011

Esperando caer la noche...

Apenas sienta el deseo eterno, lo intentaré, pues el ver aquel rostro lleno de tristeza, me hizo sentir demasiado triste, ahogado en un mar de pensamientos grises, en aquellos la felicidad no se presenta ni en lo más nato, ni en el aire, ni en aquella Luna que brilla cada noche... Aquel abrazo consolador, del cual desearía no haberlo arruinado, aquel abrazo que alguna vez en mi vida fue importante... Aquella palabra expulsada del pensamiento más profundo. Sentir ser capaz de guiarme por aquel pastizal, limpiar aquella lágrima de fuego celestial... Dejar fluir aquel suspiro de liberación espiritual... Experimentar una vez más esa felicidad absoluta, despertar aquel día, ver aquel crepúsculo de verano, sentir esa caricia que enorgullece tu ser, aquella sonrisa que confunde hasta el último de tus sentidos, besar aquel momento de sentimientos escondidos, ese aroma a mar, aquel sonido a pureza, esperando caer la noche, para nuevamente descansar en esos suaves brazos, que abrigan con el sentimiento más dulce, tu alma... Vuelves a sentirte, como un niño...

Gino André Saavedra Rojo.

sábado, 30 de julio de 2011

Duerme...

Voces del aire más cercano que me insinúan cambiar de ideología... Miradas que me dejan por un momento, como si estuviese en el peor de las catástrofes... Sentimientos experimentados, los cuales siguen estando en aquellos recuerdos los cuales desearía dejar en el olvido...
Rostros los cuales debería de dejar de ver, pero que sigo observándolo...
Lágrimas en el aire, que afectan al ciclo de la vida... Mi vida...
Sensaciones las cuales deseo expresar con facilidad, pero algo que siempre lo impide...
Momentos en los cuales desearía estar sólo, pero acompañado... Sonrisas irónicas que simulan mi buen andar... Risas extrañas que pasan por mis oídos, y se procesan como burlas... experiencias que intento de dejar en el olvido, pero que necesito sentirlas nuevamente en mi vida...
Antes reía para no llorar... Ahora ni la risa queda... Pues el llanto ya no existe... De existir, duerme... De desear salir, no puede, quiero... Pero no puedo...

[Gino André Saavedra Rojo].

viernes, 29 de julio de 2011

Fría noche...

Cae la noche, mis sentimientos comienzan a notarse más y más, comienzan a florecer, mi alma totalmente destrozada, con ganas de gritar ¡Me rindo!... Pero sigue... Pues como siempre he dicho, “Me siento mejor así...”Aunque a veces mis propósitos son otro... Vuelvo a sentirme mareado... Mi mente está colapsada... Quizás la Luna sea mi única consoladora... La cuál me acoge cada noche, esta tristeza me agobia, me desespera, este sentimiento, el cual desea salir... El cual se siente ahogado en un mar de pensamientos tristes... Aquel que cada noche llora ciegamente...
El cual me presiona... Me cuesta, demasiado, pero lamentablemente mi pensamiento es algo que ni yo a veces entiendo... Ya no se qué hacer... Mis decisiones son confusas...
He de seguir presionado y sólo... Pues eso no creo que cambie... Así nací, así moriré...
Aquellas sonrisas que suelo ver día a día, me hacen reflexionar... Al mismo momento dudar... Pues pareciese que todo fuese gris...
Aquel dolor que sientes cada vez que caminas por la noche, esa lágrima que quiere salir, pero algo le impide... Quiero pero no puedo, eso me desespera aún más... Al parecer necesito algo, algún tipo de desahogo... Mientras... Aquellas hermosas melodías del anochecer, las cuales me hacen sentir en un camino infinito... No puedo llegar a tal final, pues ya estoy derrotado...
Voces que me indican algo... Sentimientos que me hacen sentir anonadado, mientras el aire de la fría noche recorre mi rostro, aquella lágrima que aún desea salir desesperadamente... Fría anochecer, “Luna acogedora... Mantenme siempre en ti, para poder seguir...” Solía mantener un límite, el cual creo que lo sobrepasé... Quizás sea malo, quizás debería detenerme y hacerlo...
Pero algo me dice que no... Pues debería seguir con lo que crea mejor, aunque sepa que es lo más malo que puedo llegar a hacer en mi vida... Mi cuerpo comienza a sentirse algo distorsionado... Nuevamente, ese presentimiento... Paciencia... Comenzaré a reflexionar nuevamente, pensar en un amanecer, el cual me hace sentir incómodo, tengo que superarlo... Por mí que esta noche nunca acabase... Ni esta ni las otras... Ninguna... Pues me hacen bien...

Gino André Saavedra Rojo.

jueves, 28 de julio de 2011

Recuerdos...

Aquella pequeña, con su sonrisa cautivante, hermosa como la luna, especial como el mar...
la cual siempre se ve bien, con fuerzas, ella tan risueña... Aquella que esa noche vi... Sus ojos estaban tristes, expresaban un sentimiento confuso, era algo que sólo se podía explicar con una lágrima, sólo una lágrima, la cual despejaría su mente, por un instante...
No lo hizo, quizás no se sentía a gusto, o quizás le daba vergüenza, quizás su pensamiento era guardarse todo consigo... En fin, quizás nunca sepa lo que le sucede a fondo, sólo me mencionó algo... Recuerdos... Pues a todos nos hacen mal los recuerdos, sobre todo si marcaron algo importante en nuestra vida, a veces no es lo mejor recordarlos, pero son “recuerdos”...
Siempre se recordarán...

Gino André Saavedra Rojo.

sábado, 23 de julio de 2011

Un buen día...

Siente la brisa carismática que rosa tu rostro, y aquella sombra que abrasa a tu alma, deja que el silencio hable por ti, mientras tus ojos expresan lo demás, y que la noche te acoja en su esplendor... Piensa en un mundo, en el cual no exista nadie, y en el cual, quizás nunca nadie vivirá... No temas a temer, pues estarías temiendo, no digas lo que no harás, pues eso habla mal de ti... Recuerda que la felicidad, es la culpable de que estés triste, y que la luna siempre será tu consejera, la cual siempre estará allí, contigo... Esperando aquel día, en que tu alma deje de sentir frío... No dudes de ti mismo, haz siempre todo a razón, no vayas a la deriva, usa tu imaginación para por lo menos, intentar de tener un buen día...

Gino André Saavedra Rojo.

viernes, 22 de julio de 2011

“Aquel día que siempre anhele...”

“Y sigue la noche, la luz de la luna, refleja en mis ojos empañados en tristeza, ese aire denso de siempre, el cual me hace dudar sobre mi paradero... Pues quizás me encuentre nuevamente en aquel sitio, aquel sitio alejado de la sociedad, la cual no me desea , y con la cual a veces me siento incómodo... El frío eterno de la noche, corre por mis pies, insinuando algo...Eso me incomoda psicológicamente, aunque aún puedo seguir así... Sigo sintiendo aquel aire más denso aún, pues aquel me comienza a incomodar más y más, me hace sentir algo extraño... ~Eterna noche, que tardas en pasar, pues a veces me alivias de malestares los cual deseo por siempre olvidar...~ Puede que nunca llegue aquel día que siempre anhele...”

Gino André Saavedra Rojo.

"Aquel llamado"

“El sentirse vacío, mirado a mal por otros, el sentirse sólo, a veces no es muy grato, pues me sucede lo contrario... Quizás aquel momento de soledad, aquel instante en el cuál mi mente comenzaba a sentir tristeza, mis ojos perplejos, mi alma sentía el aire denso que recorría por mi cuerpo, la luz de aquella Luna, la cual me hace sentir vacío, lo cual quizás siempre debería de ser así... El sentir algo más aparte de ti, en aquella soledad, en ese instante de plena soledad, en el cuál puede sentir esa brisa fría, que entumece tus sentimientos, la cuál te hace sentir algo libre, aquel recorrer que produce aquel, el cual te hace sentir desconcertado, algo llamativo...
En fin, hoy esos ojos perplejos, quedan en el olvido más cercano... Seguiré esperando el momento desconcertante, el cual se me presentó más de una vez, aquel momento en el cual no pude aprovechar de saber más al respecto... Esperaré nuevamente, a aquel llamado...”

Gino André Saavedra Rojo.

jueves, 21 de julio de 2011

La Doncella [Parte 9]

Ya todo había acabado para ella, pues ya nada más quedaba que morir, en su mente, en su pensamiento, en su dolor... Su vida nunca volvería a ser igual, pues ya estaba marcada y destinada al olvido, a la muerte...
Nada más quedaba, sus últimas marcas comenzaron a hacerse solas en todo su cuerpo, por la falta de hidratación... La muerte más dolorosa, una muerte dolorosa internamente, una muerte lenta...
Aquella hermosa doncella, que alguna vez fue feliz, hoy queda simplemente en su propia mente, en el olvido...

[Escrito por: Gino Saavedra Rojo.] 16 y 17/Julio/2011

La Doncella [Parte 8]

Quizás su infancia fue feliz, su adolescencia fue realista, pero aún quedaba más, eso no era todo, quizás todo cambiase en el tiempo, quizás su vida podía volver a como lo fue en su infancia...
En fin, ella desde aquel instante, ya sentía que su vida sería una miseria, que aquella ya no tendría solución alguna, lo tenía todo claro y aceptado.
Siempre recordaba su pasado, sus lindos momentos de alegría, esa linda inocencia de cuando uno es pequeño, de cuando no tiene la capacidad de ver al mundo cómo un obstáculo de supervivencia, esa felicidad que llegaba al momento de correr, de sentirse libre, de compartir alegremente, sin miedo a caer...
Aquella plena y hermosa infancia, el mejor capítulo de su larga y dolorosa vida, pues como ella siempre se decía, “Sonreír, lleva a la tristeza... Pues la felicidad dura sólo un momento...”


La Doncella [Parte 7]

Su adolescencia fue muy rápida, pues su conocimiento sobre la vida, comenzó a ser algo avanzada, su manera de pensar y de ver el mundo, había cambiado rotundamente, “Fue como al despertar, ser otra persona...”
Algo muy brusco ya había llegado para quedarse en su vida, pues desde aquel día, su pensamiento cambió, su forma peculiar de ver al mundo, se hizo demasiada realista, y eso le afectó directamente...
En su vida diaria, el contacto con sus amistades, era muy serio, “Lo justo y necesario por decirlo así...” Tuvo muchos enemigos, y no porque ella se los hubiese buscado, si no porque le tenían envidia, y sólo querían deshacerle su vida... “Bueno, le humanidad siempre es así, y nunca cambiará...”
A través de su vida, fue conociendo personas, las cuales, no tan sólo ayudó, si no personas con las cuales, podía confiar plenamente.

La Doncella [Parte 6]

Sus creencias filosóficas, eran demasiado interesantes, pero a la vez, algo distorsionadas, pues sus malas experiencias, le han dejado una sabiduría adicional, una sabiduría que una persona con cierta vida, pudiese adoptar...
Su creatividad era impresionante, pero por temor a comentarios de otros,
nunca se atrevió a comentarlos...
Cuando chica, fue la persona más feliz que puede haber existido, no siempre tubo lo que quiso, pero se conformaba con lo que le obsequiaban. Creció, alrededor de cumplir 9 años de edad, sus padres se separaron, pues desde aquel día,
indirectamente comenzó a sentirse mal, pues ella siempre se dijo, que no le afectaría, que ella podía llevar eso consigo...
En fin, a la edad de 10, aquel doncella ya podía usar su razonamiento, y ver las cosas desde otro punto de vista, aquel niña tan peculiar, parecía tener un sexto sentido, el cuál le permitía percibir, cuando algún acontecimiento sucediese...
A veces era beneficiario para ella, otra veces... Simplemente no.

La Doncella [Parte 5]

En unos de sus pensamientos, se le ocurrió la idea de suicidarse poco a poco, pues comenzó a crearse cortes en sus mejillas, “Su pensamiento era, que sonreír, lleva a la tristeza... Pues la felicidad dura sólo un momento...”
Al pasar de los días, cada 21 horas, se creaba un nuevo corte, pensando en su significado, claramente...
Decidió hacerse un corte en sus hombros, luego en sus piernas, y finalmente es la planta de sus pies, pues después de cortes de ese calibre, ¿Quién podría levantarse de su cama?, en fin, a ella no le importaba volver a levantarse...
Para ella su vida, acabaría en su habitación, pues cada día al despertar se decía internamente... “Nuevo día, sigo triste, no tengo a nadie, no tengo fuerzas, morir es mi destino, morir de la forma más lenta y dolorosa posible...”
Ella sólo pensaba en pagar por la gente que hacía malas cosas en su vida, pues siempre entre su ideología, el pensamiento más importante era, “Me gusta ayudar a otros, aunque no reciba nada a cambio, en fin, eso es lo que me hace feliz conmigo misma...”


La Doncella [Parte 4]

La tristeza que sentía era intensa, era desoladora, pues se sentía muy apenada por su vida, sus sentimientos afectados... Su vida era una miseria, al amanecer, cerraba sus cortinas, para quedarse en oscuridad absoluta, estuvo días, meses...
Sus ojeras comenzaron a hundirse levemente, a oscurecerse, pues a ella ya no se preocupaba por su apariencia...
Comenzaba a pensar, pensar, y pensar; Sólo eso le aclaraba algunas dudas, pero a la vez le creaba más tristeza aún, más dolor... “Por un momento, sólo pensaba en morir...”
Pues la idea de alguien quien la quisiese, no era que ella misma se proporcionara como última opción, la muerte... En fin, a ella no le quedaba a nadie con ella, quien la ayudase en ese momento de sufrimiento absoluto.

La Doncella [Parte 3]

Ese sentimiento de malestar, de desilusión, esa tristeza dentro de su mente,
había vuelto para quedarse... Se volvió a sentir inútil, comenzó a sollozar, su mente estaba repleta de sentimientos de dolor y confusión...
De pronto pensó, ¿Por qué puede ayudar a los otros, solucionando sus problemas, aconsejándolos, y no logra solucionar los propios?...
Comenzó a pensar, que podría ser...
Hasta que llegó a la conclusión que podía lograrlo ya que los otros, eran igual que todos, (En todo aspecto, el principal, su ideología), por lo que se dijo, “Es fácil solucionarlos, ya que con sus pares, piensas de la misma forma, por lo cual, se entienden, y el procedimiento es rápido y eficaz...”
Pero quedó con esa inquietud de no poder solucionar los suyos, allí fue cuando comenzó a sentirse aún más sola, confundida por lo que había descubierto, sus ojos volvieron a cristalizarse, y cayó en un llanto profundo, desolador, un llanto que al escucharlo, podía hacer llorar a la persona más fría del mundo...

La Doncella [Parte 2]

Siguió con lo que anhelaba, siguió brindado apoyo a todos, en el tiempo eso se le convirtió en enemigo...
Comenzó a sentir egoísmo de parte de los otros, y se dio cuenta que ellos sólo se aprovechaban de ella, se sintió inútil, sucia...
Se encontraba sentada, en su cuarto, comenzó a llorar desconsoladamente, fue tanta su desesperación, que vendó sus ojos, se recostó en su cama, y se quedó allí por 9 días...
9 Días de reflexión absoluta, sus ojos aún lloraban, aún sentía esa herida en su mente, aún sentía ese egoísmo...
Al finalizar la novena noche, fue a tomarse un baño, se despejó de todo malestar, limpió su mente, de pronto partió a su cuarto, tomó un lápiz, y comenzó a escribir, escribir, escribir...
Estuvo escribiendo durante 9 horas, 9 minutos y 9 segundos, al terminar ese lapso, quedó anonadada, al ver lo que había hecho...


La Doncella [Parte 1]

Aquellos pensamientos, esos momentos de felicidad, desilusión, momentos de reflexión, en el cuál aplicaba su sabiduría, su ser...
Ella, siempre buena con sus conocidos, siempre tan hermosa como el amanecer, cuando el Sol aparece, y es todo tan deslumbrante...
Siempre fue tan especial, pero valorada por pocos, aunque diera lo mayor de ella, nunca recibía nada a cambio... Eso no le importaba, se sentía bien consigo misma...
“No siempre es importante recibir, si no sentirse bien con uno mismo por lo bueno que hace...”
En el tiempo, ella fue cambiando, se fue sintiendo derrotada, sola, desamparada, mientras sus ganas de vivir, iban disminuyendo...
Fue sintiéndose vacía, algo le faltaba, cambió su aspecto, su forma de ser, sus pensamientos, (Pero nunca dejó de ser amable, bondadosa, tan bella como siempre fue.)
Si alguien se hubiese preocupado, como ella lo hacía con el resto, quizás las cosas sean distintas, quizás no hubiera cambiado, quizás hubiese podido dar el doble de lo normal, pero no pudo ser así...
Ella ya había decidido su final... Ya no se sentía útil, nunca nadie la ayudó...