Sólo pido olvidarte...

Sólo pido que la noche, sea para dos... Y que en mis pensamientos, por un momento no exista el dolor... Ni lo pasado, ni lo desconocido... Ni ese amor, que entre tristes momentos me hicieron sentir una persona inútil... Sólo pido una noche... Una miserable, pero hermosa noche... En donde los sentimientos tengan refugio... Donde mis lágrimas puedan liberarse entre esos abrazos de pasión... Aquel momento, sólo para poder olvidar este dolor... Olvidar lo malo... Lo sufrido... Y dejar de sufrir... Sólo pido olvidarte...

Bajo aquel cielo estrellado...

Sería hermoso poder encontrarnos en un sueño...
Y que nuestras almas griten de felicidad...
Mientras en un profundo abrazo, nuestras lágrimas caigan...
Expresando la tristeza de no tenerle en la realidad...
Bajo un cielo lleno de estrellas...
Mientras haya Luna llena...
Poder compartir de nuestro amor...
Expresar uno a uno cada sentimiento...
Y dormir abrazados...
Bajo aquel cielo estrellado...

Gino André Saavedra Rojo.

Pensemos en el querer...

La invito a contar las estrellas que hay en el cielo, mientras, permanecemos abrazados...
Piense en que la noche, es eterna... Y que aquella Luna llena, es nuestra fuente de inspiración...
Sienta la brisa de aquel aire que permite que cada vez estemos más juntos... Pensemos en el querer... dejemos que nuestros ojos hablen por si solos, y que nuestros labios se expresen...
Déjese llevar por aquel aroma, aquella pasión... Tomad calma, yo cuidaréis de usted, y no preocupéis por nada... Confíe en mi mirada, y sienta el amor que le deseo entregar... Su querer, será aquel que me devolverá la felicidad, su amar, me regresará el llanto que hace años deseo expresar... Tan sólo deseo que ese amor que algún día existió, vuelva para quedarse...

Gino André Saavedra Rojo.

Aquella tierna sonrisa...

En tiempos aquellos, donde la linda inocencia existía, en aquel ambiente donde la soledad no era la que se apoderaba de las mentes, y el cariño mutuo...
Aquella mirada que hizo nacer un sentimiento a vivir... Aquel aroma de sus labios, y el dulzor de sus hermosos ojos, los cuales me desorbitaban... Aquel calor de su cuerpo junto al de mi alma...
Aquel instante en que mi ser liberó un suspiro, y nuestros labios hablaron por un segundo, nuestras mentes completamente desconcertadas, y una lágrima final...
Aquel soñar que un mísero día cree, aquel sentir que algún día añoraré... Aquel pasar del tiempo, que quizás dejé, pero no pierdo las ganas de querer... El sentimiento permanece, nunca durmió, nunca se hizo ausente, siempre estuvo esperando aquel momento de la verdad, del sentimiento real, de esa mirada que produce una sensatez de alegría purificada con los labios más dulces que algún día, tuve el placer de contemplar...
Aquella tierna sonrisa, la cual deseaba escucharle más de cerca... El querer besar aquellos labios que un día me hicieron llorar... El cual espero que hoy, me dé fuerzas para sentir felicidad, y que hagan que mi mente, recuerde aquel día, en que por primera vez, la comencé a amar...

Gino André Saavedra Rojo.

Duerma querida...

Su dulce aroma, hermosa figura, linda voz, hace que mis sentimientos crezcan cada día más... Al no tenerle cerca le comienzo a extrañar... Al sentirme sólo noche a noche, comienza a pensar, que ella es la única que me comprende, que me acompaña, que quizás me quieres...
Nada dura para siempre, pues quiero que seas mi nada... Mi pasado y mi futuro, que seas lo primordial en mi vida, que seas mis ganas de seguir y de vivir, que estés en mis sueños, y en mi sonreír... Hermosa como la Luna, única en mi vida, y dueña de mi talento, ha llegado la hora de acabar con su duro día... Juntos por la noche, usted, yo, y nuestro amor... Duerma querida...

Brisas de Invierno...

Brisas de Invierno, sentimientos que llegaron para quedarse, miradas eternas como la oscuridad infinita del cielo en aquellos anocheceres, el océano mira a través de las estrellas, el dolor guardado hace años, aquel arrepentimiento, que me mantiene en lo peor, aquel rostro triste y con rencor, que en mis pensamientos dijo ¡No!, y el mismo que ahora llora por volver a ver el Sol...
Aquel sentimiento atormentado, aquel momento de confusión, aquel día a día, me pasa malas jugadas, aquel noche a noche, me hace más sensible... Aquel aliento que me brindan, aquella lágrima que desea dar brote... Aquel cielo vacío, el cual me avisa que estoy totalmente sólo...

Gino André Saavedra Rojo.

Melancolía que brilla en el cielo...

Aquel día en que le confié mi amistad, nos tomamos de la mano, y caminamos juntos, hacia aquellos faros, que presentaban una leve alegría... Aquel mar frente a nosotros, que llenaba nuestros sentido con un sonido cálido, mientras cada segundo que pasaba, era un aliento complaciente... Cada sonido ambiental, hacía sentir a mi alma, en su propio hogar...
Aquel orgullo de tenerla cerca, de poder compartir, esos momentos de silencio absoluto, en que sólo se presenciaba el sonido de las olas, gritando de felicidad por su libertad... Quizás no siga siendo ella al paso de un tiempo, pues el sentimiento de amor que existía en mí, se ha ido perdiendo... Aquella melancolía que brilla en el cielo... Nunca estará sola, pues siempre la acompañaran millones de almas enamoradas que esperan felicidad...

Gino André Saavedra Rojo.

Nada que escribir...

Sin ningún sentimiento declarado, totalmente anonadado, perplejo, y asombrado, pues cada vez que intento algo, estando tan cerca, lo pierdo fácilmente, quizás sea descuido, una estupidez propia, o como dicen... Frialdad pura... Pues sigo en soledad, en aquella noche, hoy sin luna, temperaturas bajo cero, que estremecen mi mente, la hacen sentir en un paraíso desconcertado, pues el furor que siento al ver ese pensamiento mediocre ambientado en cada uno, se convierte en pisaderas mortales para mi andar... Pues aquel silencio aún no logra convencer del todo... Mis manos siguen a grandes temperaturas, mientras mi mente sigue anonadada, sin nada que decir, o sentir... Simplemente ya no tengo nada que decir, nada que escribir... Pues este ciclo seguirá avanzando por sí mismo, seguirá hasta destruir todo a su paso...
Aquel dolor andante, que brota noche a noche, aquel pensamiento más puro, que se va desintegrando en el aire, aquella ilusión que hace despertar el sentimiento más profundo...
Aquella sonrisa que estremece hasta el árbol más viejo, aquella Luna, que cuida de mí cada noche... Quizás en algún anochecer no tan lejano, la Luna no sea mi única protectora... Pues el tiempo va lento, los pensamientos vuelan, aunque ese aroma a felicidad, mi olfato espera a que algún día vuelva...

Gino André Saavedra Rojo.