Sin ningún sentimiento declarado, totalmente anonadado, perplejo, y asombrado, pues cada vez que intento algo, estando tan cerca, lo pierdo fácilmente, quizás sea descuido, una estupidez propia, o como dicen... Frialdad pura... Pues sigo en soledad, en aquella noche, hoy sin luna, temperaturas bajo cero, que estremecen mi mente, la hacen sentir en un paraíso desconcertado, pues el furor que siento al ver ese pensamiento mediocre ambientado en cada uno, se convierte en pisaderas mortales para mi andar... Pues aquel silencio aún no logra convencer del todo... Mis manos siguen a grandes temperaturas, mientras mi mente sigue anonadada, sin nada que decir, o sentir... Simplemente ya no tengo nada que decir, nada que escribir... Pues este ciclo seguirá avanzando por sí mismo, seguirá hasta destruir todo a su paso...
Aquel dolor andante, que brota noche a noche, aquel pensamiento más puro, que se va desintegrando en el aire, aquella ilusión que hace despertar el sentimiento más profundo...
Aquella sonrisa que estremece hasta el árbol más viejo, aquella Luna, que cuida de mí cada noche... Quizás en algún anochecer no tan lejano, la Luna no sea mi única protectora... Pues el tiempo va lento, los pensamientos vuelan, aunque ese aroma a felicidad, mi olfato espera a que algún día vuelva...
Gino André Saavedra Rojo.